viernes, 11 de diciembre de 2009

Las mamás canguro

Nuevas tendencias en el cuidado de los bebés
Las mamás canguro
En el Hospital de Gral. Pacheco, las madres de los recién nacidos prematuros acceden a una novedosa manera de cuidar a sus bebés. Por la semejanza en cómo lo hacen los canguros con sus crías, se las conoce como “mamás canguro”.

La idea nació de un pediatra del Instituto Materno Infantil de Bogotá, Colombia, hace más de 20 años. Era la respuesta que este médico había encontrado para hacerle frente al pobre equipamiento de su servicio de prematuros y al hacinamiento que advertía crecer día tras día. Al mismo tiempo, se trató de la manera concreta de encarar un cuadro que planteaba una situación crítica de nacimientos, ausencia de recursos de alta tecnología y una alta mortalidad para los bebés con menos de un kilo y medio al nacer. La idea de este profesional de la salud se propagó, por suerte y bien pronto, por el resto del mundo, y recibió el apoyo de organismos internacionales de salud, como la OMS (Organización Mundial de la Salud) y UNICEF.
Acá nomás, en el Hospital Zonal General de Agudos Magdalena V. de Martínez, también se implementa el “Cuidados Madre Canguro”. La doctora Estela Maris Benítez, médica neonatóloga, nos recibe con una sonrisa franca y enseguida nos pone en tema: “Es muy importante el mantener la temperatura… Es lo que sucede cuando la mamá ha regulado esa temperatura durante todo el embarazo, en el útero, a través de la placenta. Cuando ese bebé prematuro nace, tiene problemas en regular la temperatura y es el cuerpo materno el capaz de llevarla a los grados que ese recién nacido necesita. El cuerpo de la mamá
oficia como si fuese una incubadora automática. Todo lo que el bebé hacía dentro de la panza, es capaz de poder hacerlo afuera con el contacto piel con piel. Y, además de favorecer la estabilidad térmica, también lo hará con el vínculo, con el apego, ya que reconoce los latidos, la voz… Reconoce a su mamá”.
Claro que es de suma importancia, porque todo lo que ese bebé tenía que hacer estando dentro del útero materno ahora lo tiene que enfrentar solo, con el organismo en las condiciones de madurez que posea, porque el bebé prematuro que haya llegado a su edad gestacional sigue siendo vulnerable; y ese piel
con piel que la mamá le está brindando es muy beneficioso para que pueda salir adelante. A la vez, favorece a esa madre, porque no pierde la posibilidad de la lactancia, aunque en un principio tenga que extraerse la leche de manera manual.
El doctor Eduardo Duro es el jefe de Neonatología del Hospital de Pacheco. Cuenta que “La terapia intensiva neonatal de aquí es el centro de mayor complejidad. Contempla la asistencia respiratoria, monitoreo invasivo, controles de la saturación y la oxigenación, presión arterial, mantenimiento artificial de la temperatura corporal… Todo necesario y muy importante para el cuidado del recién nacido prematuro y para lograr mejores cifras de sobrevida y mejor calidad de vida en los sobrevivientes. Porque no discutimos la importancia de la tecnología en el mantenimiento, cuidado y soporte de prematuros de menos de un kilo y medio en la unidad. Pero a todo esto le hacía falta la participación activa de la familia. Para tratar de incorporar a las madres de manera temprana en el cuidado de su hijo, e intentar disminuir el hospitalismo y el abandono, fue que incorporamos el Método Madre Canguro”.
De modo específico, el método consiste en que el bebé, desnudo, esté en contacto con la piel de su mamá. Ella lo coloca por debajo de su ropa, en forma vertical. La relajación es casi instantánea, casi siempre se duerme y está muy tranquilo en el proceso que dura ese vínculo. Es que está con mamá…


Una casa para que mamá espere

El hospital cuenta con la infraestructura necesaria para que las mamás tengan una total libertad de ingreso y egreso del área de neonatología. Tal iniciativa llevó a desarrollar una residencia de madres amplia, con una mayor capacidad y con mayores comodidades donde, además del día a día, comparten sus experiencias y procuran mitigar la angustia obvia.
La doctora Alejandra Fontao es la directora ejecutiva del Hospital de Pacheco. A la hora de explayarse sobre el porqué adoptaron el método explica que “lo proponemos dentro del hospital público no porque nos haga falta infraestructura en incubadoras, sino como una forma de humanizar la medicina. Tratamos de brindar a ese bebé que nació prematuro el tiempo que le faltó en la panza de su mamá a través de la relación íntima con el cuerpo de la madre, estando en contacto con el olor y la voz de ella. Y esto representa un estímulo muy fuerte para ese chiquito. Por otra parte, tratamos que la madre se ‘apropie’ del hospital como lugar de crianza del primer mes y medio o dos meses de vida de su hijo; que se sienta como en su casa y que aprenda los cuidados básicos que, con certeza, llevará adelante cuando vuelva a su hogar. Las protagonistas de esto son nuestras madres”.

Una experiencia directa


Claudia es una chica dulce, de mirar tranquilo y agradecido. Es la mamá de María Paula, y conmueve a cualquiera que la vea observando y acariciando a su bebita, mientras la sostiene en sus brazos. “Nació con 35 semanas —dice—, y sería más lindo que estuviera dentro de la panza, porque estás en contacto con ella, sentís cómo se mueve, la sentís ahí… Pero hoy, así, ella está tranquila, yo la puedo alzar, la pongo aquí dentro contra mí y se serena. Estamos en contacto piel con piel y eso es bueno; también es algo hermoso. Es otra manera. Y muchas veces hacemos la siesta juntas…”
Por su parte, Graciela es la orgullosa mamá de Joel, y su cara linda se ilumina cuando mira a su hijito entre sus brazos. “Fue prematuro, nació de 28 semanas. Y esta experiencia es muy linda, porque sentís el calorcito de él en tu cuerpo —explica sonriente—. Me encanta tenerlo conmigo el poco tiempo que poseo. Es linda la idea de tener también al bebé con tu calor. Son muchas las diferencias, porque antes sólo lo podía tocar y ahora lo puedo tener conmigo. En las ‘maquinitas’ se nota mucho que está diferente. Así ves que está avanzando mucho con el calor de la madre. Y la primera vez que lo levantás es muy hermosa”, afirma Graciela con emoción.
Es que cuando nacemos, sea como sea, lo mejor que nos puede pasar es estar siempre cerquita, muy cerquita de mamá. De cualquier manera.

El respaldo psicológico

El Hospital de Pacheco cuenta con un imprescindible gabinete psicológico que acompaña a las mamás en este proceso de crecimiento del bebé, hasta que llegue el día en que recibe el alta. Las mamás participan en todo momento del cuidado de sus hijos; algo fundamental, porque el calor y el vínculo que madre e hijo van a tener durante ese lapso no puede ser reemplazado por nada.
En ese sentido, la psicóloga Silvia Goicochea nos aclara que “siempre pedimos permiso a la mamá para la utilización del método; no es una imposición que nosotros hacemos desde nuestro lugar. Aunque en general las madres están ansiosas, en las etapas previas que van pasando por la neonatología, de poder llegar a ese momento. Y en el tiempo que lo venimos realizando hemos visto que es muy beneficioso para el crecimiento y para que el alta sea dada mucho antes de lo esperado. Nuestro trabajo es acompañar a las mamás, cada una de ellas con sus particularidades, con sus historias de vida, con su historia familiar. Algunas en pareja, otras no. Algunas mamás, adultas; y otras mamás, adolescentes… Pero todas participan y se arma un buen grupo de trabajo entre ellas, en donde comparten vivencias”.

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